jueves, 28 de enero de 2016

La guerra fundacional de España

España es un Estado-nación con un territorio que abarca gran parte de la península ibérica y que fue unificado por la monarquía Trastámara fusionando tres de los cuatro reinos cristianos peninsulares, herederos culturales de la Hispania conquistada por los visigodos y en pugna secular con Al-Ándalus, y el reino de Granada, que era lo que quedaba de Al-Ándalus.
En todos los reinos había facciones de nobles encontrados.
Castilla y Aragón se unieron por matrimonio y Navarra fue anexionada, solo Granada fue conquistada.
Alrededor de una década duraron las guerras de Granada, y durante ese tiempo, se fraguó la unidad de España respecto a intereses internos y política exterior. Además sé fortaleció y modernizó un eficaz ejército.
La contienda fue calificada de Cruzada y de Yihad, por lo que se pudieron ver por las serranías del sur peninsular a beréberes y oriundos de todos los confines del islam, así como a franceses, ingleses, flamencos y suizos.
Granada no podía ganar la guerra porque tardó en comprender que era una conquista y no la tradicional confrontación por delimitar fronteras o establecer alianzas. No podía ganar porque no tenía aliados en África, y sobre todo no pudo ganar porque sostuvo, alentada por los cristianos, una guerra civil.
Boabdil fue aliado de los cristianos cuando se alzó contra su padre Mulay Hazen y guerreó contra este y su tío Al Zagal, fue oponente preso en combate y liberado bajo rescate en dos ocasiones, y fue el enemigo que entregó a la asediada Granada.
Al final de las guerras de Granada, el ejército cristiano contaba con cerca de 65.000 efectivos, de ellos unos 40.000 soldados, de los cuales habría alrededor de 10.000 de caballería. Poseía unas 200 piezas de artillería, pesadísimas bombardas que precisaban un enorme cuerpo de zapadores para acondicionar caminos y transportar los cañones, eficaces e imprescindibles para vencer la tupida red  de castillos del reino de Granada. La caballería pesada, tan eficaz en los llanos, era inútil en las serranías y se fue transformando en una caballería ligera, ágil y veloz, de acoso y persecución, al estilo moro. La infantería fue cambiando de táctica pasando del ataque por fuerza, valor y número entre gritos y algarabías, a atacar en formación y silencio para recibir órdenes, copiando el eficacísimo estilo suizo.
Al final de las guerras de Granada, la cristiandad y el islam, sabían dónde estaba España.